domingo, 30 de mayo de 2010

Crónicas del Bicentenario (I). Lo que fue hermoso será horrible después

A la acumulación de eventos culturales de convocatoria masiva ya probada (conciertos al aire libre, stands con comida gratis, desfiles, murga y futbol) se le sumó la llave de la movilización popular desde hace 200 años: El nacionalismo, del berreta, el del gorro, la bandera y la vincha.

Una jornada en que me resultó imposible no recordar los festejos del Mundial 78 y el fervor del 2 de abril de 1982. Hasta los mismos cantitos se escucharon por las calles porteñas (el futbolero, “vamo´ vamo´ Argentina, vamo´ vamo´ a ganar, que esta barra quilombera” etc. y el más malvinero “el que no salta es un inglés”).

Pero no todo fue exactamente igual. En esta ocasión predominó la estética del Canal Encuentro: contenidos políticamente correctos para sectores urbanos progres. Mucho rating en Caballito y abajo del camión en el interior profundo. Intelectualidad básica entre Felipe Pigna y Pacho O´Donnell.

- “mirá que felices se ven a los bolivianos que desfilan homenajeando a la patria. Que país generoso que tenemos y los stands de las Provincias están buenísimos!!. Mirá que lindo que quedó el de Formosa, ¡y que rica la comida típica!”

Reflexionar sobre la distancia que separa ese maravilloso stand en la 9 de Julio de la vida cotidiana en Formosa, mejor lo dejamos para el próximo bicentenario, no seamos destituyentes. Ni hablar de cómo tratamos y como viven muchos de los bolivianos en el país.

-“Ahora vayamos al stand de Santiago de Estero, ¡que bien se vive en las provincias! Y claro, no es la locura de Buenos Aires, no hay caso, este país debería ser más federal”.

La paradoja que mostró el homenaje al Rock Nacional es extensible al resto de las producciones de la patria prospera que celebramos. El escenario lleno de viejas glorias, de antiguos mitos, de grandes olvidados, a quienes se aplaude con ternura y devoción. Y si estuvieron vinculados con los setenta aun mejor. Eso si, difícil encontrar entre ellos algún menor de 40 que esté haciendo algo trascendente. Litto Nebbia y León Gieco los maestros de ceremonias que incluyeron a Vox Dei, Emilio del Guercio, Garre (Silvina, no el defensor de Ferro), Porchetto y todos juntos cantando “La Balsa”. ¡Una que sabemos todos!. El cierre a cargo de Fito Páez, quizás el menos talentoso de los íconos contemporáneos del rock argentino –posiblemente el más desafinado- y sin ningrun tipo de duda, el más populista.

¿Dónde estuvo la cumbia en los festejos? ¿Y el rock chabón?. No eso no. Como en el 78 y en el 82, la nacionalidad oculta lo que no queremos ver. Pero -aunque invisibilizado en los festejos- eso es lo que nuestra patria engalanada produce hoy en día –doscientos años después- para la mayoría de su población.

La paradoja K se corporiza en toda su dimensión: El discurso progre del Estado y la estética ¿vanguardista? de Fuerza Bruta, conviven con la pobreza de casi el 50% de la población y se sostiene en los votos de los excluídos desde La Matanza hasta Perico y en los punteros que los consiguen. Pero Canal Encuentro no es para ellos.

Somos progres pero tampoco exageremos, que no toque Damas Gratis porque se nos llena de negros la 9 de julio y nosotros queremos mostrar lo que fuimos –y ya no somos- agitando con fervor la banderita celeste y blanca. ¡¡Que lindo que es ser argentino!!

jueves, 20 de mayo de 2010

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El Explicacionista vuelve a postear luego de un tiempito sin aportar. A continuación les entrego este artículo sobre el Parlamento del Mercosur que fue publicado hoy por el semanario “El Estadista”. Dedicado a mis amigos portugueses y neofuncionalistas.

Falta demanda social por la integración

En la práctica, el parlamento del MERCOSUR (Parlasur) no existe. Sus miembros no son elegidos en forma directa por los ciudadanos y su conformación tampoco respeta las proporcionalidades existentes entre las poblaciones de los países del bloque. Estas son dos características básicas que todo parlamento debiera cumplir para definirse como tal.

El Parlasur no posee potestades de ningún tipo. Sólo tiene permitido elaborar un informe anual sobre los Derechos Humanos en la región, que encima, cuenta con los obstáculos que pone Venezuela para su realización. Por eso, apenas produce declaraciones de beneplácito y/o repudio sin impacto en la realidad cotidiana.

Además, no se observa ninguna voluntad de los poderes ejecutivos nacionales de entregar, aunque sea, mínimas atribuciones para dotarlo de alguna fortaleza legislativa. Los partidos y sus principales figuras –oficialistas u opositores- no lo consideran un ámbito desde donde maximizar sus capitales políticos. Por el contrario, es percibido como una potencial amenaza que –de consolidarse- pondría incómodos limites a la soberanía de los Estados aun empeñados en aplicar políticas proteccionistas o, en el caso de Brasil, en continuar su camino ascendente en forma individual.

No obstante, este panorama pesimista podría cambiar. Los gobiernos decidieron que entre el 2011 y el 2012 se realicen elecciones directas para elegir a los diputados del Parlasur. Esto podría desatar dinámicas no esperadas cuando estas elecciones comiencen a convertirse en termómetros de la política interna. Posiblemente, a partir de esto, el Parlasur comience a cobrar una relevancia no prevista por los gobiernos de turno. No sería la primera vez que los políticos crean que pueden fundar instituciones que a ellos no los van a condicionar.

Sin embargo, para garantizar que el Parlasur se convierta en un efectivo ámbito de representación es necesario además que la sociedad civil y sus organizaciones lo visualicen como tal. El Parlasur, como el MERCOSUR también, necesita que se movilicen demandas sociales a favor de la integración así como abundan reclamos en sentido contrario. Sólo de este modo, el Parlasur podría transformarse en un verdadero poder regional.

(publicado en El Estadista 20/05/2010)